“Necesidades especiales”: Los padres de niños con necesidades especiales escuchan el término constantemente. Para ellos suele tener un sentido diferente que para los padres de niños normales. Si bien para algunos el término puede parecer denigrante, para otros es una forma de describir los soportes y servicios que algunos niños necesitan para progresar.
Hemos escuchado el término “especial”. La palabra define actualmente a toda una comunidad de personas discapacitadas. Ellos tienen “necesidades especiales”, es posible que necesiten “comodidades especiales” o que sean elegibles para una “educación especial”.
Lamentablemente, estas palabras han sido usadas de manera denigrante a través de los años. Las personas a veces las usan para insultar la inteligencia de otras o para menospreciarlas. Es vergonzoso y ofensivo. Desearía que no suceda. Esto es a pesar del hecho de que la expresión “necesidades especiales” cubre una amplia variedad de discapacidades, no solo mentales, sino físicas también.
Es debido a esta asociación negativa que nosotros como padres de niños con necesidades especiales estamos preocupados. Nos preocupa cómo es percibido nuestro hijo en la escuela, entre sus amigos, en el mundo en general. Tenemos que luchar contra las palabras nosotros mismos, especialmente cuando las personas dicen cosas como: “Pero tu hijo no parece/no se ve como si tuviera necesidades especiales”.
Las escuelas han intentado ser susceptibles al término, si bien esto ha resultado en algo ambiguo. Por ejemplo, el anuario de la escuela de mi hijo no usa el término “educación especial” para referirse a ninguna de las clases, aun cuando la maestra a cargo aparece como maestra SDC (Clase Especial de Día). Tales esfuerzos se hacen con la mejor de las intenciones, pero aun así dan a entender que las necesidades especiales son algo de no que es mejor no hablar.
Por favor no me malinterpreten, comprendo la susceptibilidad. No tengo ninguna solución al alcance de la mano para cambiar la percepción del mundo “especial” que no sea hablando del mismo.
Para mí, el término “especial” es simplemente una clasificación dentro del plan IEP (Plan de Educación Individual) que ofrece servicios, educación y comodidades. No significa que mi hijo sea mejor o peor que otro niño. Solamente significa que estos servicios están a disposición para que mi hijo pueda aprender en el entorno menos restrictivo posible, en igualdad de condiciones con sus demás pares.
Nuestros hijos con necesidades especiales son únicos, son maravillosos y tienen los mismos derechos legales que cualquier otro niño de este país. Sin embargo, su camino es más difícil. La gente hace suposiciones y prejuzga. La gente no siempre asume las competencias. Nuestros niños ya están estigmatizados, ya sea que su discapacidad esté oculta o que sea bien visible.
Todo lo que podemos hacer como padres es apropiarnos del término. Explicar a nuestros hijos en el nivel que ellos puedan entender, quiénes son, qué derechos tienen y qué herramientas pueden necesitar para tener una buena calidad de vida. Les enseñamos cómo recorrer ese camino, cómo hablar por ellos mismos en las reuniones de IEP cuando son lo suficientemente grandes para asistir a ellas. Algunos de nosotros tendremos que representar a nuestros hijos durante toda la vida. Esa es la realidad.
Por el momento, es el único término que tenemos. Con el que debemos trabajar. Como padres de niños con necesidades especiales debemos hacer las cosas lo mejor posible. Es todo lo que podemos hacer.
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