Las lesiones por presión (también conocidas como úlceras por presión) afectan a unos 2,5 millones de pacientes cada año en los centros de cuidados intensivos de los Estados Unidos[1]. Aunque algunas lesiones por presión son inevitables, la mayoría se pueden prevenir, una manera efectiva de hacerlo es moviéndose y cambiando de posición con frecuencia.
La “guía de cuidados” aceptada actualmente consiste en girar a los pacientes cada dos horas[2]; sin embargo, hay mucho más en juego a la hora de encontrar la solución adecuada para su paciente. La frecuencia de los giros debería adaptarse individualmente a su paciente en función de factores como:
• Tolerancia del tejido del paciente
• Nivel de actividad y movilidad
• Estado médico general
• Objetivos generales de tratamiento
• Estado de la piel
• Comodidad[3]
Evaluar la tolerancia del tejido de un paciente consiste en documentar el tiempo que tarda la piel en enrojecerse sobre las prominencias óseas. La prueba es un procedimiento escalonado, en el que el cuidador aumenta de manera gradual el tiempo que el paciente permanece en la misma posición hasta que se detecta el enrojecimiento de la piel. Una vez que se establece ese tiempo, se fija la frecuencia de giro a 30 minutos menos que el intervalo de tiempo.
Además de determinar la frecuencia de giro, también debe mover y cambiar de posición al paciente utilizando una técnica adecuada. En primer lugar, cuando cambie al paciente de posición, asegúrese de que realmente se alivie o redistribuya la presión. En segundo lugar, evite colocar al paciente sobre prominencias óseas con piel que no palidece, que es un signo temprano de deterioro de la piel. Tercero, levante (no arrastre) al paciente durante el cambio de posición. Esto reducirá el daño a la piel debido a la fricción y al cizallamiento.
Posicionamiento en la Cama
Cambie de posición a los pacientes postrados en cama de acuerdo con la “Regla de los 30”.
Una buena pauta para cambiar de posición a un paciente postrado en cama es la “Regla de los 30”[4]. La Regla de los 30 significa que la cabecera de la cama se eleva a no más de 30 grados de la horizontal y el cuerpo se coloca en una posición inclinada lateral de 30 grados. En la posición inclinada lateral, incline las caderas y los hombros del paciente 30 grados desde la posición supina, y utilice almohadas o cuñas para mantener al paciente posicionado sin presión sobre las caderas o las nalgas.
El cambio de posición puede resultar difícil. Le dejamos a continuación algunos consejos útiles, paso por paso, para los cambios de posición:
Prepare al paciente
1. Explique al paciente lo que va a hacer para que la persona sepa qué esperar. Incentive al paciente a que lo ayude si es posible.
2. Colóquese en el lado de la cama hacia el que girará el paciente y baje la barandilla de la cama.
3. Pídale al paciente que mire hacia usted. Esta será la dirección en la que la persona va a girar.
4. Mueva al paciente hacia el centro de la cama para que la persona no corra el riesgo de que ruede y se caiga de la cama.
5. El brazo inferior del paciente debe estar estirado hacia usted. Coloque el brazo superior de la persona sobre el pecho.
6. Cruce el tobillo superior del paciente sobre el tobillo inferior.
Si gira al paciente boca abajo, asegúrese primero de que la mano inferior de la persona esté por encima de la cabeza.
Gire al paciente
1. Ajuste la cama a un nivel que le reduzca la tensión en la espalda. Deje la cama plana.
2. Acérquese lo más posible al paciente.
3. Coloque una de sus manos en el hombro del paciente y la otra en la cadera.
4. De pie, con un pie delante del otro, desplace su peso hacia su pie delantero mientras tira suavemente del hombro del paciente hacia usted. Luego, cambie el peso al pie de atrás mientras tira suavemente de la cadera del paciente hacia usted.
Es posible que tenga que repetir los pasos 3 y 4 hasta que el paciente esté en la posición correcta.
Cuando el paciente esté en la posición correcta
Pautas de la Regla de los 30.
1. Asegúrese de que los tobillos, rodillas y codos del paciente no estén apoyados unos sobre otros.
2. Asegúrese de que la cabeza y el cuello estén alineados con la columna vertebral, no estirados hacia adelante, hacia atrás o hacia los lados.
3. Vuelva a colocar la cama en una posición cómoda con las barandillas laterales levantadas. Compruebe con el paciente si se encuentra cómodo. Utilice almohadas si es necesario[5].
Cambio de Posición Sentado
Se debe cambiar de posición a los pacientes sentados con más frecuencia que los pacientes postrados en cama. Enseñe al paciente postrado en una silla a cambiar su peso cada 15 minutos. Si el paciente no puede cambiar de posición, muévalo cada hora. Además, utilice un cojín de redistribución de presión, que distribuirá el peso del cuerpo sin obstaculizar la función ni aumentar la posibilidad de lesiones cutáneas.
Utilice cojines de redistribución de presión para un ajuste correcto y prevenir el deterioro de la piel.
Crédito: AliMed
Cuando trabaje con pacientes sentados, asegúrese de que el equipo esté correctamente ajustado. Observe si se produce el “efecto hamaca”, en el que un asiento hundido hace que los muslos del paciente se enrollen hacia adentro y expongan las caderas a la presión de los laterales de la silla. Además, las sillas mal ajustadas pueden hacer que los pacientes se encorven, lo que aumentará la presión sobre las nalgas, los muslos y la columna vertebral. Colocar un cojín en un asiento que se hunde no solucionará el problema; deberá reemplazar el asiento que se hunde con un asiento sólido cubierto con un cojín adecuado para reducir la presión.
Movilizar y cambiar de posición a los pacientes postrados en cama y en silla es solo una parte de los cuidados para prevenir la aparición de lesiones por presión, y cada paciente presentará necesidades diferentes. Otros factores, como la nutrición del paciente, su estado médico, el estado de la piel y la tolerancia de los tejidos también influirán en el objetivo del tratamiento y el resultado del paciente. Tener en cuenta el cuadro completo ayudará a obtener mejores resultados.
[1] Wound Care Education Institute, 2015.
[2] Journal of Rehabilitation Research & Development (JRRD): http://www.rehab.research.va.gov/jour/2013/504/peterson504.html
[3] National Pressure Ulcer Advisory Panel, European Pressure Ulcer Advisory Panel and Pan Pacific Pressure Injury Alliance. Prevention and Treatment of Pressure Ulcers: Clinical Practice Guideline. Emily Haesler (Ed.). Cambridge Media: Osborne Park, Western Australia; 2014.
[4] Wound Care Education Institute, 2015
[5] Medline Plus. U.S. National Library of Health; 2014. https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/ency/patientinstructions/000426.htm
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