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¿Puedo ser un buen padre teniendo una lesión en la médula espinal?

por:Publicado5 de Abril de 2021Sin Comentarios
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Los miedos de la paternidad

Durante muchos años he sentido cierto pequeño temor inquietante en el fondo de mi mente: “¿Puedo ser un padre bueno y servicial a pesar de mi lesión en la médula espinal?” Después de todo, soy un bebé grande, un niño del tamaño de un adulto con muchas necesidades. Necesito más tiempo, energía y recursos económicos de parte de mi esposa y mi familia. ¿Cómo me manejaré con un niño también?

Las lesiones de la médula espinal y la crianza de los hijos pueden ser un tema delicado, con el que puedo empatizar desde dos puntos de vista:

En primer término, traer un niño a este mundo puede ser percibido como una irresponsabilidad de mi parte. Como persona con una discapacidad física, es una responsabilidad adicional para mi esposa y mi familia. Objetivamente, si necesito tales recursos, ¿por qué agregaría más a nuestro plato ya colmado? Quiero decir, como ciudadano autónomo que paga impuestos, detesto la presión ejercida sobre nuestros programas de asistencia estatales y federales y definitivamente no quiero agregar otro dependiente. En pocas palabras, no es responsabilidad de nadie más que de mí.

Habiendo dicho esto, mi otro punto de vista es que traer una vida al mundo, o cuidar de un niño, es lo más especial que un ser humano puede hacer, tenga o no una lesión. Literalmente puede empoderar a una persona instándolo a trabajar en pos de un propósito superior con el fin de trascender sus propias limitaciones físicas o la adversidad. Esto para mí es emocionante y algo que he presenciado en otras personas con lesiones en la médula espinal. Tengo un puñado de amigos, tanto parapléjicos como tetrapléjicos, que han logrado criar a sus hijos a pesar de su condición. Según mi perspectiva, parece fortalecer su determinación y hacerlos casi superhombres. Me maravilla la magia de una familia joven y con desafíos por delante.

Sé que no podré correr, saltar ni criar a mi hijo de la misma manera que mi padre me crio a mí. Sin embargo, me he amigado con la idea de que lo que aprendí a través de mi lesión en la médula espinal es paciencia, ingenio y perseverancia. Juntos podremos viajar, explorar y saborear el mundo, viviendo un estilo de vida aventurero. Y esas son solo algunas de las semillas que espero sembrar para mi hija.

A pesar de mis miedos, sin dudas elijo la segunda opción.

Mi esposa, Katie, está embarazada de cinco meses, y desde que ambos vimos el sorprendente signo + azul en la prueba de embarazo, un instinto paternal ha entrado en acción. Me encuentro más organizado al estructurar mis días para que mis necesidades físicas sean satisfechas sin consumir demasiado tiempo o energía. Nuestro nuevo hogar es más propicio para mi independencia y está diseñado de manera tal que realmente puedo ayudar en la casa. ¡Incluso puedo hacer mi propio café!

Empiezo a sentir que éste será el capítulo más importante de mi vida: finalmente me convertiré en el padre, el cuidador y la piedra fundamental de mi familia. Ahora puedo devolver todo el amor y el apoyo que me han brindado durante los últimos 21 años.

Este año 2020 ha estado colmado de desafíos y de aprendizajes para el cambio de rumbo, ¡y espero terminar nuestro año con la mayor aventura que emprendí hasta ahora!

Salud para todos,

 

Aaron

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