Uno de los defectos congénitos más frecuentes del sistema nervioso es la espina bífida. La espina bífida es un defecto del tubo neural que pueda aparecer en cualquier lugar a lo largo de la columna si el tubo neural no se cierra. Esto hace que la columna vertebral (que protege los nervios) no se forme y provoque daños en la médula espinal y los nervios. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), cada año nacen unos 1400 bebés con espina bífida en Estados Unidos.
Existen cuatro tipos de espina bífida: oculta, defecto del tubo neural cerrado, meningocele, y mielomeningocele. Los síntomas de la espina bífida pueden variar de persona en persona, dependiendo del tipo y nivel de compromiso. La mayoría de los casos son leves y no requiere de un tratamiento especial. Sin embargo, los casos más graves implican lesiones nerviosas, que pueden afectar a la movilidad, la continencia intestinal y vesical, la salud ortopédica y la salud de la piel.
¡No existen dos personas con espina bífida que sean iguales, pero con la intervención adecuada y temprana, es posible llegar a su potencial máximo!
Intervención temprana para la salud ósea
La intervención temprana es crucial para mantener una salud ósea óptima, especialmente en el caso de las personas con trastornos neurológicos y motores más graves, que corren más riesgo de desarrollar afecciones como la osteoporosis. Durante la infancia y la adolescencia, los huesos aún están en desarrollo y responden mejor a las intervenciones como la actividad física y una nutrición adecuada.
Actividad física
Se ha demostrado que los ejercicios con pesas fortalece los huesos y disminuyen la pérdida ósea. Las actividades que ejercen tensión sobre los huesos activan el depósito de calcio y aumentan la activación de las células que aumentan la masa ósea. Los ejercicios con pesas para los que padecen espina bífida pueden incluir pesas libres, máquinas de pesas, balones medicinales, poleas de pared y Thera-band®.
Nutrición adecuada
La vitamina D y el calcio son indispensables para unos huesos saludables. La mejor fuente de Vitamina D y calcio son las alternativas lácteas y no lácteas. Debido a que el estreñimiento y las infecciones urinarias son comunes en las personas con espina bífida, se recomienda beber mucho líquido, pero hay que elegir bien las bebidas. Asegúrese de beber mucha agua, limite los jugos de frutas a 4 onzas al día, y evite tomar bebidas gaseosas.
La leche es la mejor fuente de vitamina D y calcio, pero se recomienda elegir la descremada o al 1% si tiene más de 2 años. Si prefiere productos no lácteos, elija leche de guisantes, soya y almendras (enriquecida en proteínas), que tendrán un contenido proteínico similar al de la leche de vaca.
Otras grandes fuentes de calcio incluyen:
- Yogur y queso
- Verduras de hoja verde oscuro como la col rizada y las espinacas
- Alimentos ricos en proteína como el tofu y el salmón
- Jugo de frutas cítricas como el jugo de naranja
Las fuentes de vitamina D incluyen:
- Pescados como el salmón, el atún, la tilapia y la trucha.
- Productos lácteos como la leche y el yogur
- Vegetales como los champiñones
- Jugo de frutas como el jugo de naranja
Pasar 20 minutos tomando el sol sin protección solar también ayudará a su cuerpo a producir vitamina D, pero para evitar quemaduras solares, salga a primera o última hora del día.
Pregunte a un nutricionista registrado si es necesario un suplemento multivitamínico y de vitamina D o calcio.
Calidad de vida
En general, la calidad de vida para aquellos con espina bífida pueden llegar a su máximo potencial con una intervención temprana. Incluir una dieta adecuada en calcio y vitaminas, así como hacer ejercicios con pesas, puede mejorar las posibilidad de tener huesos más saludables.
Para ayudar a cumplir estas necesidades y los otros desafíos de la espina bífida, debe contactarse con diversos recursos y apoyo. Los recursos incluyen, entre otros, proveedores de atención médica, nutricionistas registrados, grupos de apoyo comunitario, y recursos en línea acreditados.